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Pues sí: Alfheim. Este blog vio la luz gracias a mi loco deseo de difundir la cultura. Me dije: "chata, hay que hacer uno de esos famosos blogs que todos los jóvenes alocados de hoy en día tienen". Entonces... qué historia tan aburrida, mejor voy al grano.
Al principio esto iba a ser una especie de paseo por la historia del arte (lo que debería explicar el título, diseño y pie de página del blog), una oportunidad para cultivarme y compartir mis conocimientos con el mundo; invité, de hecho, a un colaborador destacado. Pero luego me di cuenta de que no, yo no tengo conocimientos ni la capacidad de adquirirlos; así que decidí hacer, como muchos otros, una bitácora de viaje.
Dentro de... muchas horas (hoy es lunes, y salgo el miércoles), tomaré EL avión que me llevará a París. Estos últimos días mi mente ha sido una pasarela de recuerdos de los momentos en que resultaba evidente que algún día, de una u otra manera, yo iría a Francia. Recuerdo en especial aquella vez en que, en sexto de primaria, una mañana fresca, unas amigas hojeaban una revista; una de ellas me dijo "mira, ¿para eso te quieres ir a Francia", mientras me enseñaba una encueratriz francesa cotidiana en el supermercado, pagando sus compras muy curra. No podría decir qué dije ni mucho menos qué pensé en ese momento, lo único que sé es que desde la más tierna infancia, mi anhelo de ir a Francia era por todos conocido. También sé ahora que no podré encuerarme, ya que, si no me equivoco, París no es una ciudad que admita nudistas así como así, y menos si son de las feas, como una servidora.
En fin... en este espacio, a partir de este momento, he de escribir lo que me venga en gana sobre mi viaje, no sólo por París, sino por la vida misma (¿a que tengo alma de poeta?).